Los comedores y los tiempos escolares
Uno de los temores de los padres ante
la posible implantación de la jornada continua es el de que haya tan
pocos niños que se queden al comedor que deje de proporcionarse el
servicio. Aunque pueda parecer un temor justificado, siempre hay que
tener en cuenta el contexto en el que se encuentra cada colegio y qué
dice la administración al respecto. En cualquier caso, el problema
de los comedores de los colegios de la Romareda no parece ser la
falta de niños a los que atender.
En algunos colegios del barrio, por no
decir en todos, la cantidad de alumnos que se queda al comedor es
abrumadora, y no es de extrañar debido al horario escolar actual: es
prácticamente imposible para la inmensa mayoría de las familias
recoger a los niños a las 12:30 del mediodía. Algunas de las
familias que prefieren la jornada continua, lo hacen para tener la
posibilidad de llevar a sus hijos a casa a comer, pero no son una
mayoría. Muchas familias se contentarían con poder recoger a sus
hijos a las 15:00 y otras con que los suyos dispusieran de tiempo de
ocio después de comer, ya que para algunos niños las tardes
lectivas son realmente soporíferas.
No obstante, independientemente de que
la jornada sea continua o partida, el comedor resulta un desafío en
sí mismo. Las familias se preocupan, además de por la calidad de la
comida, por la atención que reciben sus hijos. ¿Hay suficientes
cuidadoras y cuidadores para los niños que se quedan a comer? Como en todo en esta
vida, está claro que la atención cuanto más individualizada,
mejor. ¿Quién no prefiere que sus hijos estén en una clase, por
ejemplo de inglés, con 6 niños en lugar de con 12? Es indiscutible
que la atención es mayor cuantos menos niños hay. Por eso, el
objetivo de un comedor escolar no debería ser ampliar cada vez
más el número de niños que se queda a comer. No se trata de un
restaurante, sino de un servicio que debe ser de calidad y debe velar
por el bienestar de los pequeños.
En cualquier caso, aquellos padres
preocupados porque se reduzca el número de comensales en los
colegios deberían reflexionar sobre qué preferirían para ellos
mismos. ¿Realmente es mejor cuantos más niños haya? En nuestra
humilde opinión, que se redujera el número de comensales en un 10 o
un 20% no sería más que beneficioso. En el improbable caso de que
hubiera un 50% menos de niños que se quedara al comedor, ¿no sería
mejor para los que se quedan? Tener 250 o 300 niños a comer
cambiaría mucho las cosas, y lo haría a mejor. A mejor para los
niños, por supuesto.
Le has dado en el clavo. Mis niños temen quedarse al comedor porque tienen que comer con prisa. Es normal que haya una organización de tiempos de comedor con las extraescolares, pero todo esto convierte la estancia en el colegio en un cuartel militar. Todo dirigido: Clases, comedor, actividades, y sumando las horas llegan a una jornada "laboral" mas larga que la de algunos de los padres. Juego libre es lo que nutre la infancia.
ResponderEliminar