Comienza un nuevo curso escolar y de nuevo muchos lo afrontamos con tristeza: con la tristeza de ver a nuestros hijos pasar la mayor parte del día en un centro escolar y no poder disfrutar de la tan codiciada conciliación. Los lentos avances que se hacen a favor de la conciliación de la vida familiar y laboral parecen, en muchos casos, orientados a que las instituciones se hagan cargo de los niños el mayor tiempo posible, de modo que los coles hacen labores de colegio a la vez que de guardería. Y esto no está mal. Al contrario, nos podemos felicitar por ello, pues hay muchas profesiones y situaciones familiares que obligan. Además, los avances al otro lado de la balanza, el laboral, son aún más lentos, en algunos casos me aventuro a decir nulos. Muchas empresas, las más innovadoras, apuestan por los horarios flexibles: diferentes horarios de entrada, diferentes horarios de salida, para que las familias se puedan organizar. Pero en cuestión de coles, parece que la flexibilidad res...
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